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11Piedepágina • agosto de 2020

 EL VIAJE                                   Los poetas chinos se entregan confiadamente a                                          LA FUGACIDAD DE LAS
                                           la impermanencia, no porque hayan negado el                                             COSAS
  El viaje en sí mismo no tiene ningún     mundo, tal cual como es, apegándose fielmente al
propósito. El viajero contempla la lu-     nihilismo, no por haberse despertado la voluntad                                         En los poetas de la dinastía T’ang
na o escucha las campanas de un tem-       para la fatalidad y hacerle un lugar al pesimismo,                                     hay mayor sensibilidad acerca de la fu-
plo budista, allende las montañas.         sino por haber despertado a la realidad sin el velo                                    gacidad de las cosas y hay un saber in-
Monasterios, bambúes, praderas,            ilusorio del “yo” y de las representaciones menta-                                     tuitivo de que la existencia es finita
montañas y flores en la impermanen-        les que ese mismo “yo” juega a creérselas de ver-                                      frente a la Naturaleza. El indicio de la
cia del paisaje no tienen masa, densi-     dad.                                                                                   relación fugaz entre el poeta y el mun-
dad, ni profundidad, la niebla las en-                                                                                            do externo es el reconocimiento de la
vuelve con lejanía. Son paisajes vivos y   simplicidad de un instante. La natura-      plar los cerros rojos o encontrarse con    transitoriedad del hombre y de la apa-
espontáneos. El vacío dejado por las       leza es un poder tan enorme que no          un amigo halla la unidad del universo      riencia de las cosas. Los poetas chinos
formas cambiantes es de una genero-        puede ser definido exactamente; y los       en la experiencia de la filosofía del re-  se entregan confiadamente a la imper-
sidad inagotable. El paisaje crece y es-   poetas chinos, en vez de definir ese po-    poso. Los poetas chinos nos dicen que      manencia, no porque hayan negado el
capa a la mirada del viajero. El viajero   der, descubren y aceptan ese poder de       después del inicio del viaje no hay re-    mundo, tal cual como es, apegándose
contempla la materia bajo la cual na-      creación y destrucción.                     torno.                                     fielmente al nihilismo, no por haberse
cen otras formas integradas al curso                                                                                              despertado la voluntad para la fatali-
del universo. El paisaje es creación         El paisaje silencia al viajero chino. El    El poeta Han Yü contempla, escu-         dad y hacerle un lugar al pesimismo,
permanente y destrucción de las for-       río, las nubes, la luna, la montaña, el     cha, siente y describe su viaje a un mo-   sino por haber despertado a la reali-
mas con las cuales ese estado de mara-     bambú, la niebla y las flores son absor-    nasterio, y pregunta:                      dad sin el velo ilusorio del “yo” y de las
villosa interdependencia tiene su pro-     bidos en el estado de inmersión que                                                    representaciones mentales que ese
pio ritmo.                                 conlleva una cierta estabilidad de la         ¿Por qué los afanes de los humanos       mismo “yo” juega a creérselas de ver-
                                           mente. La contemplación es la prácti-             han de atarle, por así decir,        dad.
  El viaje en los poetas de la dinastía    ca de una filosofía del reposo en un                 con bocado y brida?
T’ang queda patente en el destino del      medio de especial vibración al uníso-                                                    Los poetas chinos experimentan el
viajero en la confesión misma de no        no con aquello contemplado. Y la con-         Quisiera poder decir a mis amigos;       vacío desde la frágil condición de mor-
considerar el retorno como posibili-       sistencia es vacío porque la contem-          ¿Cómo no desear envejecer aquí,          tales y de los sentimientos que de ella
dad. A lo sumo, está la inquietud, el re-  plación no proviene de la imagen pro-                                                  derivan, la tristeza, la soledad. Es la
tardo, la situación económica, la gue-     yectada, sino de la comprensión del            y por qué debería regresa al hogar?     condición de un estado de aceptación
rra, las decisiones erráticas, y la poca   vacío absoluto de las formas y de la          	                                        y fortaleza que admite la única certi-
ambición por querer regresar al punto      mente cuando ésta se ha disuelto en la        El poeta Li Shang-Yin responde a un      dumbre de la cual no pueden apartar-
de partida.                                unidad, cuando renuncia a proyectar         amigo:                                     se, el fin y la trasformación de todas las
                                           imágenes.                                     ¿Me preguntas cuándo regresaré a casa?   cosas.
  El viaje de los poetas chinos se funde                                                 Y contesto: No estoy seguro
con la naturaleza y se hace uno con el       Esto tiene gran importancia a la ho-                                                   La muerte no depende ni de las co-
bambú, las montañas y la brisa. El         ra de comprender la influencia del bu-          cuándo he de volver;                   sas del mundo exterior ni del mismo
poeta nunca interroga su lugar ni tam-     dismo y el taoísmo en los poetas de la        El poeta Sung Chih-Wen en el poe-        poeta. En la cultura china, la muerte es
poco hace juicio sobre lo que ve y sien-   dinastía T’ang. La superación del esta-     ma inscripto en los muros de una esta-     tan natural y espontánea que el poeta
te en el río. La memoria no remonta el     do dual de la mente y la Iluminación        feta al norte del Ta-Yu compara su pro-    puede ver, como expresión de la cadu-
tiempo, ya nada sabe del pasado y del      es un proceso progresivo o súbito, sin      pio viaje de no retorno con el viaje de    cidad de las cosas, la íntima corres-
futuro. No gira sobre sí mismo, ni tam-    participación de la voluntad y la repre-    los patos:                                 pondencia y analogía entre la textura
poco se fuga con su “yo” a recorrer li-    sentación, aunque la voluntad no in-          En el décimo mes los patos salvajes      de una rama seca y su cuerpo enfermo.
bremente su fantasía. Por tanto, no se     tervenga es necesaria en un primer ni-
reduplica, no se aliena y no contiene      vel para la atención despierta, y en              vuelan hacia el sur,                   El poeta opera dentro de una idea de
deseos de retornar. El viaje del poeta     cuanto a la representación, como no           Llevan su migración hasta cierto         trasmigración que exige la búsqueda
chino no comporta un exilio porque         hay separación entre el sujeto y el ob-                                                de la inmortalidad en la práctica de la
no tiene espacio de la memoria, como       jeto, el poeta experimenta la unidad                punto y luego regresan;            alquimia o en la meditación donde ex-
sí lo habita el personaje homérico         de esa inmersión, en la filosofía del re-     Pero mis viajes                          perimenta el estado de integración al
Odiseo y el errante judío que vaga por     poso, por vías del estado contemplati-                                                 continuo de energía del universo inte-
la tierra sin ser de ningún lugar. La ca-  vo.                                                jamás tienen fin.                   grado a todos los seres.
sa del poeta chino está en la naturale-                                                  ¿Cuándo será el día
za y la naturaleza simboliza a la mujer,     Los viajeros chinos pueden navegar                                                     Otra de las maneras de soportar la
por eso en los poemas la mujer está        por el río o caminar entre montañas.               en que llegue a mi hogar?           existencia es la ingesta de vino. El vino
transfigurada en la luna, la brisa, la     Los chinos pueden quedarse en la apa-         El poeta Wang Wei nos comunica su        establece un puente entre lo visible y
música.                                    rente inmovilidad de la experiencia         experiencia:                               lo invisible. El vino es el intermediario
                                           meditativa o andar por los caminos            	                                        entre la tristeza y la celebración de la
  El viajero chino experimenta la filo-    despreocupados, y sin ningún motivo,          Y algún día encontraré                   vida del poeta. El vino despierta el
sofía del reposo en la práctica espontá-   contemplar las flores de bambú a ori-                                                  sentimiento de aceptar la vida con sus
nea de vivenciar la condición efímera      llas del río.                                     al viejo leñador                     reveses y triunfos, y constituye para al-
de la vida, donde no le viene dado un                                                    Y charlaré y reiré                       gunas tradiciones una trasgresión o la
pensamiento especulativo, sino la con-       La experiencia es descrita por mu-                                                   comunicación directa con la divini-
templación e integración de la misma       chos poetas como embriagadora. La                 sin retornar jamás.                  dad. El vino actúa en el poeta como un
experiencia de la interdependencia de      experiencia de la totalidad es un esta-       El viaje de los poetas de la dinastía    elixir de olvido. No nos extraña que el
la naturaleza.                             do de embriaguez acompañada de              T’ang nunca llega al final de la trave-    poeta Li Po beba el famoso shao chiu
                                           una calma suprema.                          sía. Los viajeros nunca llegan a la no-    (vino quemado) para olvidar. Este vino
  En los paisajes chinos nada está fue-                                                ción del retorno por el deseo de un es-    es de color amarillo, el color de los
ra del orden propio de la naturaleza y       Es la vivencia del estado no dual         tado emotivo. Cada lugar donde trans-      taoístas, el color solar. El vino es una
el poeta sigue el ritmo espontáneo co-     donde el sujeto no experimenta sepa-        curre el viaje es un lugar de tránsito y   constante en los poetas chinos y es la
mo si fuese él mismo una extensión         ración con ningún otro ser vivo, siendo     contemplación donde se originan            expresión más sublime y elocuente de
del río, la sombra del bosque de bam-      el Tao lo más propio de cada uno, y es      nuevos indicios de la realidad, de una     la tradición árabe y persa.
bú o la nube pasajera. La contempla-       también lo más común a todos.               realidad de impermanencia y de nue-
ción del poeta no es un estado inerte o                                                vos indicios de inmortalidad.                La condición efímera de las cosas es-
una actitud pasiva frente a la naturale-     El poeta que viaja en su barca o as-                                                 tá en la visión fugaz con la cual el via-
za. Aquel momento nunca más im-            ciende a una montaña para contem-                                                      jero contempla la caída de una hoja
pregnará su memoria porque no racio-                                                                                              que nunca regresa a la rama del árbol.
naliza el regreso como sí lo anhela
Odiseo. No hay retorno del poeta chi-                                                                                               Los cambios en el paisaje, la expe-
no a los espacios de la subjetividad                                                                                              riencia de la fugacidad, del quedar
porque en su interioridad no está el                                                                                              prendado de un instante y saber que
mandato imperativo del deber ser, de                                                                                              ese instante no sobrevive, son las razo-
la moral del héroe griego, sino la mar-                                                                                           nes por las cuales el poeta expresa un
cha en interminable búsqueda de la                                                                                                sentimiento de pesar profundo acerca
                                                                                                                                  de la vida.

                                                                                                                                    �
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